viernes, 4 de octubre de 2013


“Laibiria is peculiá”

Sexto día ya en Monrovia. El cambio ha sido enorme: otro clima, otra cultura, otro idioma, otra medicina, otro continente,  otro mundo…  Sin embargo, desde que llegamos el día 29 nos hemos sentido muy bien acogidos, gracias sobre todo al hermano Patrick y al hermano George, y también gracias a Carmen, una enfermera española que trabaja en el “Proyecto Fístula” de Mujeres por África. A pesar de que ellos han sido los grandes artífices de que nos sintamos tan arropados, también cabe mencionar la simpatía y amabilidad con la que nos han recibido todos los trabajadores del hospital y el resto de españoles que hemos conocido hasta ahora.

Ahora quiero contaros como han sido estos días (con constancia fotográfica), las cosas que más me han llamado la atención entrando en detalle en cada una de ellas. Puede que el texto quede un poco largo y tedioso, pero me apetece que os hagáis una idea de cómo es esto a través de lo que escribo, que no es más que un reflejo de lo que hemos vivido estos días aquí. Seguramente las siguientes entradas que escribamos no serán tan descriptivas, pero creo que esta primera lo merece, por ser la primera semana, la de los grandes cambios. Vamos allá.
 


 
Después de unas 11 horas de vuelo, dos y algo hasta Londres y otras ocho hasta Monrovia, estas últimas en plena noche, llegamos al aeropuerto de Roberts a eso de las 5.30. No dormí nada en el avión pero la adrenalina de llegar a un sitio tan distinto me mantenía a pleno rendimiento. Lo primero que nos llamó la atención al salir del avión fue la humedad tan espectacular que había, una humedad tal que te envolvía como si estuvieras flotando en una nube de vapor de agua a 25ºC de temperatura. ¡Y era de madrugada!

Al bajar del avión,  subimos a un minibús camino a las instalaciones del aeropuerto. Dentro solo había una cinta transportadora de maletas, cogimos las nuestras rápidamente y salimos. En la salida nos esperaba un hombre con pinta de bonachón, era el hermano Patrick, el director del hospital. Este mandó a unos chicos a que nos llevaran las maletas hasta el coche, y en el camino hacia él, uno de ellos nos pidió 20 dólares de manera insistente. Caímos en la primera novatada. Normal.

El aeropuerto estaba a 45 minutos del hospital. Durante el viaje en coche, pudimos ver una de zona rural periférica a Monrovia. Todo el paisaje estaba lleno de vida, típica estampa de una zona tropical.

 
Antes de llegar al hospital, ansiaba ver algún edificio que indicara que ya habíamos llegado a la capital, pero no, no había edificios. Todo eran casas bajas, con techos de hojalata oxidada y cimientos de madera roída.
 
 

 
Al llegar al recinto del hospital, nos recibió la simpática Hermana Chantal, cuyo español era excelente. Más tarde se nos presentó una mujer rubia y con rasgos europeos… Era Carmen, una enfermera española que vive a dos casas de la nuestra. Nos preguntó qué tal el viaje, y nos animó a ir a una fiesta con más españoles que se iba a celebrar esa misma noche. Por supuesto, aceptamos. Ya a la 13.30 fuimos al comedor, donde nos esperaban los Hermanos con una comida de bienvenida.

La fiesta se celebraba en casa de una pareja de españoles, bastante lejos del hospital, por lo que teníamos que cruzar la ciudad en coche. Y he aquí el primer shock del viaje. En una hora pasamos de ver una ciudad tremendamente empobrecida,  sin luz pública en las calles, con un tráfico peligroso y repleta de gente andando prácticamente a oscuras por aceras encharcadas y sin asfaltar, a cenar en una casa de lujo, con piscina, pista de tenis y vistas al mar. ¡Menudo contraste!
 

 
 Aquí en Liberia no hay clase media y si vienes a trabajar desde un país desarrollado, lo más probable es que te alojen en un sitio así. Aquí los llaman "Compounds", urbanizaciones con seguridad privada completamente blindadas y que suelen tener piscina y casas de alto standing.


 
A pesar de que era de noche y estaba lloviendo, Carlos y Gonzalo decidieron bañarse en la piscina, ya que aún con todo, seguía haciendo mucho calor.
 
                                             

Al día siguiente, prontito, habíamos quedado con Patrick para que nos enseñara el hospital y nos presentara a todo los trabajadores. Me gustó mucho la organización del hospital, con especialidades de pediatría, ginecología y obstetricia, medicina general, cirugía general, una zona exclusiva para mujeres embarazadas con SIDA… Cada vez que llegábamos a un servicio, nos recibían con amabilidad y una sonrisa. Una cosa que no entendía cuando nos presentaban era la forma de dar la mano de los liberianos, ya que una vez que se juntaban ambas manos y se agitaban de arriba abajo, al soltar, te intentaban pinzar el dedo corazón con el suyo propio y el pulgar. Se lo comenté a Carlos y a Gonzalo y ellos también lo habían notado. Finalmente supimos que era el saludo típico que se hacía en Liberia. Curioso.

Ya el martes empezamos a “trabajar”. Lo pongo entre comillas porque en realidad estamos más rollo “estudiantes”. Obviamente y como decía Carlos en su anterior post, el poder ayudar a los liberianos no consiste en llegar y en un “aquí te pillo, aquí te mato” ponerse a pasar consulta solos sin ninguna experiencia, sino que va a requerir mucho esfuerzo por nuestra parte para cumplir ese sueño de poder ser realmente útiles aquí. Este es un punto delicado y que nos crea bastante incertidumbre. De momento el plan es rotar un mes y medio en el hospital por las consultas de pediatría, obstetricia y medicina general para luego ir al centro médico que tienen en New Kru Town.
Por otra parte, Carmen nos propuso colaborar con un  ginecólogo del proyecto realizando ecografías a mujeres embarazadas. Ya el martes empezamos a practicar sobre ello por la tarde. No hay tiempo que perder.

 El miércoles fue otro día a resaltar. Fuimos a una casa de la Cruz Roja española donde ayudan a la integración de mujeres afectadas por la Guerra Civil sucedida entre 1989 y 2003. De nuevo el viaje en coche hasta allí me permitió ver la ciudad y su gente.

Todo te sorprende: Un mercado local en el que se vendía pescado sin ningún tipo de higiene ni condiciones mínimas para mantenerlo fresco, edificios destrozados con marcas de disparos, lo que fue un hotel en lo alto de la ciudad en el que me contó Carmen se hospedaba Gadafi, coches que pasaban casi rozando el nuestro, 3 personas en una moto, un hombre orinando a la vez que iba andando por la calle, gente en las aceras haciendo autostop, coches de la ONU pasando cada dos por tres,                                   





niños con uniforme que van al colegio… Todo esto lo quería inmortalizar con mi cámara pero Carmen me recomendó que no la enseñara mucho, que podían meter la mano por la ventana y robártela.
   



                                  
 



A la llegada a la casa de la Cruz Roja, nos recibieron decenas de mujeres sonriendo, se notaba que estaban felices de estar allí. Habían hecho unos pasteles como parte del curso que estaban realizando. Después Rudy, el ginecólogo del “Proyecto Fístula”, dio una charla sobre la fístula obstétrica, en qué consistía, los factores de riesgo para padecerla, sus síntomas, su diagnóstico y la manera de tratarla. Toda esa información no solo era útil para las asistentes a la charla, sino que ellas mismas se iban a encargar después de transmitirla por las diferentes comunidades de la región.

 
Más curiosidades. El recinto del hospital consigue electricidad gracias a dos generadores enormes que tiene (alguno de ellos debe de estar al lado de nuestra casa porque hay un ruido tremendo), pero para ahorrar, apagan los generadores durante 3 horas al día, entre las 15 y las 18. Por lo tanto, en casa estamos 3 horas al día sin electricidad con todo lo que eso conlleva. Sin embargo, durante ese tiempo, el hospital mantiene su electricidad gracias a la que recibe de la ciudad. También son curiosos los apagones que sufre de vez en cuando el recinto, incluido el hospital. Puede ocurrir en cualquier momento, así que imaginaos un apagón en plena cirugía…Debe de ser gracioso. Jejeje.

Por la tardes aún no hemos tenido la oportunidad de patearnos la ciudad, ya que anochece a las 18.30 y nos dijeron que a partir de esa hora no era aconsejable hacerlo. Por lo tanto, cuando anochece estamos los 3 en casa, leyendo, tocando la guitarra, hablando, escuchando música, estudiando un poquito… También tenemos una pista de tenis en el recinto del hospital, y la playa al lado de casa. Habrá tiempo de sobra para todo.

Todos los días comemos y cenamos con el hermano Patrick y el hermano George. A los dos les encanta el fútbol y el otro día vimos el partido de Champions del Madrid con ellos. La verdad que fue genial. Cuando estamos en la mesa, nos cuentan miles de cosas sobre Liberia y puedo resumir todo lo que nos han contado en tres palabras que repite mucho el hermano George... “Liberia is peculiar”/Laibiria is peculiá/ (Liberia es peculiar). Y por lo que hemos visto hasta ahora, eso parece.


7 comentarios:

  1. Muy buena entrada, nos ayuda a conocer lo que estáis viviendo. Seguid escribiendo y poniendo fotos!

    ResponderEliminar
  2. Probando, probando a poner comentarios

    ResponderEliminar
  3. Bien, bien. Ya puedo poner comentarios. Ahi va:
    Mi enhorabuena por este blog tan estupendo, por lo bien que escribís y por la buena aventura que estáis viviendo y viviréis durante estos 6 meses.
    Lo que cuentas, Javi, me recuerda mucho a las sensaciones que teníamos Juanjo y yo en los viajes que hacíamos de jovencitos: contrastes enormes, amabilidad de los lugareños, carencias materiales, .....
    Por favor, escribidnos todo lo que podáis. Nos encanta "leeros".
    Un beso muy grande para los tres.
    MJose, tía de Javi.

    ResponderEliminar
  4. Hola Javi,
    nos encanta tener noticias vuestras, saber que estáis muy bien, aprendiendo y disfrutando cada día.
    Impresionantes las fotos y apasionantes los comentarios de todas las experiencias que estáis viviendo.
    Seguid escribiendo narrándonos vuestras impresiones y vivencias así podremos acompañaros y sentiros muy cerca.

    Besos y abrazos
    Carmen Vázquez

    ResponderEliminar
  5. ¡¡¡Enhorabuena por esta pedazo de entrada, Javi!!! Vane y yo te escribimos un comentario la misma noche que lo publicaste pero no sabemos porque no se ha publicado.

    Nos encanta como escribes y como describes todo. Os imaginamos con los ojos bien abiertos para no perder detalle de nada de lo que ocurre a vuestro alrededor. Exprimid al máximo la experiencia.

    Todos estamos deseando que llegue el próximo viernes para leer la siguiente entrada.

    Un abrazo primo

    Carlos

    ResponderEliminar
  6. Acabo de oir en la cope a la Hermana Chantal. A causa del Ébola, ha muerto el hermano Patrick, y han cerrado el hospital. Toda la comunidad de la hermana Chantal está con fiebre y otro sacerdote españoll, Miguel Pajares, está mal y no coge el teléfono. Las autoridades liberianas no han ido todavía a cogerles muestras para ver si también tienen Ebola. Ha pedido desesperadamente la ayuda del Gobierno español. He encontrado vuestro blog buscando "Chantal, Liberia" en google. No sé si podéis intentar ayudar a esta gente haciendo alguna llamada. Por eso os escribo.Un saludo, Carlos Vidal

    ResponderEliminar